Como cada primero de año comienzan a circular con más intensidad invitaciones a conocer lo que deparará el año a través de horóscopos, runas, quiromancia y demás prácticas adivinatorias.
La Iglesia nos dice que éste es un tema que debemos rechazar. No sólo es un engaño, sino porque va contra la esencia misma del estilo de vida cristiano.
El que acude a estas prácticas para "conocer" lo que le depara el futuro, lo que está queriendo es ejercer algún tipo de manipulación o de poder sobre el tiempo, la historia y sobre los hombres. A la vez que desea granjearse la protección de poderes ocultos. Esto se aparta de la confianza en Dios que como Padre nos cuida, en su divina Providencia.
El futuro que se fundamenta en actos libres sólo lo conoce Dios. Y las personas somos libres.
Para mejor servir a Dios, no hay que preguntarle a los astros, ni a las runas, ni a las cartas, ni... Hay que preguntárselo a Él, fiarse, que siempre responde.
Y ya que comentamos sobre esto, decir que las prácticas de magia o de hechicería son gravemente contrarias a nuestra fe. Mediante ellas lo que se pretende es domesticar potencias ocultas para ponerlas a nuestro servicio. Y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo. Esta pretensión es la de querer ser como dioses, aunque sea para procurar la salud.Si lo que se pretende es para procurarle un mal al prójimo, ni os cuento. Eso es abiertamente contrario a la fe cristiana. Los cristianos nos fiamos de Dios, y hemos de dejar que sea Él quien juzgue y tome las medidas que crea oportunas.
Si alguien tiene tentaciones en este sentido, mejor es acudir a un sacerdote y comentarlo.
Esto es diferente de aquellas personas que tienen un carisma o un don especial, curación, profecía... Esas personas saben cómo usar el don o carisma porque el Espíritu se lo revela. Y lo utilizan según Él le indica para bien de la comunidad eclesial en que surge. Pero no lo usan como negocio.
En cualquier caso, cualquier carisma o don especial va asociado a la cruz.
Para mejor servir a Dios, no hay que preguntarle a los astros, ni a las runas, ni a las cartas, ni... Hay que preguntárselo a Él, fiarse, que siempre responde.
Y ya que comentamos sobre esto, decir que las prácticas de magia o de hechicería son gravemente contrarias a nuestra fe. Mediante ellas lo que se pretende es domesticar potencias ocultas para ponerlas a nuestro servicio. Y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo. Esta pretensión es la de querer ser como dioses, aunque sea para procurar la salud.Si lo que se pretende es para procurarle un mal al prójimo, ni os cuento. Eso es abiertamente contrario a la fe cristiana. Los cristianos nos fiamos de Dios, y hemos de dejar que sea Él quien juzgue y tome las medidas que crea oportunas.
Si alguien tiene tentaciones en este sentido, mejor es acudir a un sacerdote y comentarlo.
Esto es diferente de aquellas personas que tienen un carisma o un don especial, curación, profecía... Esas personas saben cómo usar el don o carisma porque el Espíritu se lo revela. Y lo utilizan según Él le indica para bien de la comunidad eclesial en que surge. Pero no lo usan como negocio.
En cualquier caso, cualquier carisma o don especial va asociado a la cruz.
Comentarios
Publicar un comentario